La geolocalización ayuda a entender dónde ocurren las cosas, pero también ayuda a entender qué hacemos. Las organizaciones tienen muchos datos sobre su actividad y con la tecnología adecuada, pueden ubicarlos automáticamente en mapas.
Gracias a la tecnología, los mapas se han convertido en un lenguaje y una herramienta privilegiada para visualizar los datos de una organización, para integrarlos, para compartirlos y para ayudar a entender su funcionamiento.